Vestirse bien después de los 35: claves para encontrar tu estilo real (y no el que dicta Instagram)
Spoiler: tu estilo no tiene filtros, ni necesita hashtags para brillar.
1. La libertad de vestir para ti (y no para likes)
A los 20 vestías para impresionar. A los 30, para encajar. A partir de los 35… ¡vistes para ti! El estilo real empieza cuando dejas de disfrazarte de tendencias y empiezas a escucharte.
Consejo VAN-DOS: Antes de comprar, pregúntate si te representa hoy, no hace cinco años ni en un feed de influencer.
2. Conocerte (de verdad) es el nuevo lujo
Tu cuerpo ha cambiado, tu vida también. Y eso está bien. El estilo real nace de aceptar quién eres y qué te hace sentir cómoda y poderosa.
¿Eres de vestidos fluidos o de blazer con estructura?
Si lo tuyo es la sofisticación natural, una blazer de lino estilo sastre en azul, con detalles de satén y corte limpio, será tu mejor aliada. Porque hay días en los que necesitas estructura… y otros, solo frescura con clase.


3. Menos piezas, más intención
Olvídate del armario abarrotado y lleno de “por si acasos”. Apuesta por prendas versátiles, de buena calidad, con cortes favorecedores y que duren más de una temporada (y más de una moda).
Ejemplo: un pantalón de lino ligero en color caqui, con cinturón de rafia y cintura elástica (sí, esa bendición que no se ve pero se nota). Ideal para días en los que quieres comodidad sin renunciar al estilo.


4. Los básicos son tus aliados, no tus enemigos
Un pantalón bien cortado, una blusa con caída, un abrigo estructurado… Los básicos no son aburridos, son el lienzo donde se pinta tu estilo.
Pero si hay un básico elevado al nivel de “fondo de armario con personalidad”, ese es el vestido camisero largo de flores, confeccionado en 100% algodón, con cinturón ajustable y manga larga. Ideal para primavera, otoño… y para los días en los que no sabes qué ponerte pero quieres sentirte bien vestida.


5. Tu estilo no tiene edad, tiene historia
Cada prenda que eliges puede contar quién eres sin que digas una palabra. Y esa historia, a los 35, es más interesante que nunca.
Porque el estilo no se pierde, se perfecciona. Y si no, que se lo digan a Jane Birkin, Inés de la Fressange o tu vecina que siempre va impecable.
Vestirse bien después de los 35 no es cuestión de seguir modas, sino de encontrar tu propio lenguaje visual. En VAN-DOS creemos en una elegancia sin fecha de caducidad. Y en que menos es más... sobre todo cuando sabes exactamente quién eres.